DECÁLOGO DEL OPTIMISTA
1...Los optimistas se aman, procuran un alto nivel de autoestima, se valoran y
aprovechan lo mejor posible sus talentos personales innatos.
2...Los optimistas aceptan a los demás como son, y no malgastan energías
queriendo cambiarlos, sólo influyen en ellos con paciencia y tolerancia.
3...Los optimistas son espirituales, cultivan una excelente relación con Dios y
tienen en su fe una viva fuente de luz y de esperanza.
4...Los optimistas disfrutan del "aquí" y el "ahora", no
viajan al pasado con el sentimiento de culpa ni el rencor, ni al futuro con
angustia. Disfrutan con buen humor y con amor.
5...Los optimistas ven oportunidades en las dificultades, cuenta con la lección
que nos ofrecen los errores y tienen habilidad para aprender de los fracasos.
6...Los optimistas son entusiastas, dan la vida por sus sueños y están
convencidos de que la confianza y el compromiso personal obran milagros.
7...Los optimistas son íntegros y de principios sólidos, por eso disfrutan de
paz interior y la irradian y comparten, aún en medio de problemas y crisis.
8...Los optimistas no se desgastan en la crítica destructiva y ven la envidia
como un veneno. No son espectadores de las crisis
sino protagonistas del cambio.
9...Los optimistas cuidan sus relaciones interpersonales con esmero, saben
trabajar en equipo y son animosos sembradores de fe, esperanza y alegrías.
10...Los optimistas también tienen épocas difíciles, pero no se rinden ni se
dejan aplastar por su peso, ya que saben que aún la noche más oscura tiene un
claro amanecer y que por encima de las nubes más densas sigue brillando el sol;
que todo túnel, por más largo y oscuro que sea siempre tendrá otra salida y que
todo río siempre tiene dos orillas.
Autor: Gonzalo Gallo G. (Oasis)
En la universidad un grupo de estudiantes tenía que realizar un proyecto en la clase de sociología. El nombre del proyecto era "Sonríe", los estudiantes tenían que salir a la calle y sonreírle a tres personas, debían documentar las reacciones de cada uno.
Una de las estudiantes decidió ir a un Macdonald's con su hijo y esposo, para compartir un momento con su familia.
Mientras esperaba en la fila se dio cuenta que los que esperaban en la misma se habían apartado, incluyendo su esposo. Ella se movió y un pánico aterrador se apodero de su cuerpo. Al volver la mirada hacia atrás, olio el mas horrible hedor de cuerpo humano y allí parados habían dos vagamundos. Al mirar a uno de ellos, ella se dio cuenta de que el le estaba sonriendo, sus bellos ojos azules, estaban llenos de la luz de Dios y solo buscaban aceptación. Le dijo: "buen día", mientras contaba unas monedas que guardaba en sus manos. El segundo hombre jugaba con sus manos y se cobijaba detrás de el. Este segundo vagamundo era retrasado mental y el señor que lo acompañaba era su salvación.
Cuando la cajera le pregunto que deseaban, solo dijeron un café. La joven se dio cuenta de que ellos solo querían sentarse en el restaurante para calentarse, y de la única manera que podían hacer esto era consumiendo algo.
En ese momento, la estudiante sintió una gran compulsión, sonrío y le pidió a la cajera que le diera dos desayunos adicionales en una bandeja aparte; se dirigió a la mesa de los vagamundos, la más apartada de todas, y les coloco la bandeja, mientras le toco la mano al señor. El la miro con los ojos llenos de lagrimas y le dijo: "Gracias".
Ella se inclino y acaricio su mano y le dijo: "esto no lo he hecho por usted; Dios esta aquí actuando a través de mi para darle esperanza", y mientras caminaba hacia su mesa, con los ojos de todos sobre ella, no pudo contener el llanto. Su esposo la tomo de la mano y ella supo que solamente por la gracia de Dios que nos ha sido dada, nosotros podemos dar.