miércoles, 16 de septiembre de 2015

El caballo en el pozo

EL CABALLO EN EL POZO 

caballo anecdota
Un campesino, que luchaba con muchas dificultades, poseía algunos caballos para que lo ayudasen en los trabajos de su pequeña hacienda. Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de los caballos había caído en un viejo pozo abandonado. El pozo era muy profundo y sería extremadamente difícil sacar el caballo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente, y evaluó la situación, asegurándose que el animal no se había lastimado. Pero, por la dificultad y el alto precio para sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía la pena invertir en la operación de rescate. Tomó entonces la difícil decisión de decirle al capataz que sacrificase el animal tirando tierra en el pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo. Comenzaron a lanzar tierra dentro del pozo de forma de cubrir al caballo. Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía y se iba acumulando en el fondo, posibilitando al caballo para ir subiendo. Los hombres se dieron cuenta que el caballo no se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que finalmente consiguió salir.
Si estás “allá abajo”, sintiéndote poco valorado, y otros lanzan tierra sobre ti, recuerda el caballo de esta historia. Sacude la tierra y sube sobre ella.

miércoles, 26 de junio de 2013

¿Qué Opinión tienes de ti mismo?

 ¿Qué Opinión tienes de ti mismo?
Reflexiones - ¿Qué Opinión tienes de ti mismo?
La mayoría de la gente llega a tener una opinión elevada de sí misma por comparación con los demás. Al fijarnos en los otros, solemos decir:
"No soy como aquel" o "Soy superior a esas personas".
El orgullo no existe en el vacío. En el proceso de elevarnos para colocarnos sobre un pedestal, inevitablemente degradamos al resto al llano.
Un poema anónimo expresa de manera inteligente este lastimoso atributo de la humanidad:
Soñé que la muerte me visitaba la otra noche y
que se abrían las puertas de los cielos.
Amablemente un ángel me condujo al interior.
Y allí, para mi asombro, estaban algunas
personas que conocí en la tierra:
aquellos que yo había juzgado
como incapaces o de poco valor.
Palabras de indignación llegaron hasta mis labios,
pero jamás las dejé salir;
porque todos esos rostros estaban llenos de asombro...
¡Nadie esperaba que yo estuviera allí!
En lugar de compararse con los demás, mídase respecto de su propio potencial. Siempre se puede crecer, lograr más y soñar en grande.
El secreto más difícil de guardar para el hombre es la opinión que tiene de sí mismo.
Romanos 12:3
Por el encargo que Dios me ha dado, digo a
todos ustedes que ninguno piense de sí mismo
más de lo que debe pensar. Antes bien,
cada uno piense de sí con moderación.
refle-opinion20

jueves, 25 de abril de 2013

Que tan firme es tu Fe?




Reflexiones - ¿Y tú, qué dirías?
Reflexiones - ¿Y tú, qué dirías?
De pie y en fila junto con su pelotón del Ejército Rojo, Taavi ya había resuelto en su mente lo que iba a decir.
Los oficiales se dirigían hacia él y en el camino le hacían la misma pregunta a cada uno de los soldados en la fila:
-"¿Eres cristiano?" "No", fue la respuesta. Entonces se acercaron al próximo: "¿Eres cristiano?" "No", contestó.
Los jóvenes reclutas permanecían parados en atención, con la mirada fija hacia delante. Los interrogadores se acercaron un poco más al joven estonio de dieciocho años de edad, que había sido reclutado por el Ejército Rojo durante la ocupación de su país por los soviéticos.
Taavi era creyente desde hacía varios años. Aunque en su país solo se les permitía ir a la iglesia a los mayores de edad, la abuela de Taavi había compartido el evangelio con su joven nieto. Él había aceptado al Señor como su Salvador, y aunque no le era permitido asistir al templo, su abuela le enseñaba lo que iba aprendiendo durante a semana.
Los interrogadores se acercaron. Taavi nunca dudó de cuál sería su respuesta. Varios años atrás había tomado una firme decisión, pero aún así estaba nervioso. Cuando los oficiales llegaron a su lugar en la fila, le preguntaron: "¿Eres cristiano?" Sin vacilar, Taavi dijo con voz clara, "Sí".
"Entonces ven con nosotros", fue la orden del oficial a cargo. Taavi los siguió al instante. Subieron a un vehículo y se dirigieron hacia el edificio donde estaba la cocina y el comedor. Taavi no tenía la más mínima idea de lo que estaba por suceder, pero obedeció las órdenes.
Los oficiales le dijeron: "Te vamos a sacar del entrenamiento de combate. Eres cristiano y sabemos que no vas a robar, por lo tanto te vamos a colocar en la cocina". En la cocina se gestaba la mayor operación de mercado negro del Ejército Rojo. En ella se llevaba a cabo el contrabando y la venta ilegal de alimentos para los hambrientos soldados. Ellos sabían que la presencia de Taavi reduciría el robo.
Cuando seas retado por causa de tu fe, levántate y proclama con audacia la verdad. Dios estará contigo y Él te recompensará tu fidelidad.
Mateo 5:13,14
Vosotros sois la sal de la tierra...
Vosotros sois la luz del mundo.

jueves, 31 de enero de 2013

Consejos para un día feliz





Reflexiones – Cómo ayudar a cambiar las Malas Actitudes de otros?
¿Cómo ayudar a cambiar las Malas Actitudes de otros?
Durante un año tuve una estudiante que se comportaba de forma inadecuada.
Esta historia empieza el primer día de trabajo.
Cuando ingresé al quinto curso de secundaria a dar mi primera clase, me topé con un grupo de estudiantes con un espíritu rebelde y de indiferencia.
No fue difícil identificar a la líder, que a propósito era una señorita muy inteligente.
Cada vez que entraba a la aula de clases esta señorita de nombre Sandra, empezaba a inquietar al resto de alumnos, se ponía de pies sin pedir permiso, en pocas palabras hacía lo que le daba la gana.
refle-teacher24aMi posición frente a ella era la de ponerle en su sitio y disciplinarla. Pero esto no calmaba para nada a esta señorita.
Un día ya cansado de reprenderle me hice una pregunta ¿Cómo puedo cambiar la actitud negativa de Sandra?
Gracias a Dios se me ocurrió una idea genial, pedí a todos los alumnos que fueran a la biblioteca, que yo les llamaría uno por uno para conversar con ellos.
Mientras iba conversando con cada uno de mis estudiantes me di cuenta que Sandra influenciaba en todos muy sutilmente.
Llegó el momento de conversar cara a cara sin ningún testigo con esta estudiante.
Se sentó frente a mi, me miró a los ojos como desafiándome y esperando que le rete, pero se topó con la sorpresa que su profesor le pedía disculpas por tratarle en forma enérgica y a veces tosca.
Luego le dije que ella era una mujer muy inteligente y que ella sería un gran líder, que Dios la había escogido para influir en muchas personas, pero que necesitaba ir tallando su carácter y que debía cambiar de actitud si quería llegar a ser muy importante.
Cuando de pronto su rostro altivo se transformó y empezó a llorar y dijo discúlpeme por comportarme tan mal con usted, he tenido problemas en todos los colegios en que he estado por mi forma de ser, este es uno más de ellos.
Mientras ella lloraba mi corazón se quebrantó y empecé a llorar con ella.
Fueron unas lágrimas hermosas porque desde ese día en el aula todo empezó a cambiar porque ella y yo nos comunicamos y nos perdonamos.
Cuando bajamos de nuestro pedestal y nos volvemos humildes, además de recordar que cada persona tiene emociones y sentimientos que sufren, lloran, ríen, que son sensibles, pueden ocurrir milagros.

viernes, 21 de diciembre de 2012

El club 99

Reflexiones – El club 99
Reflexiones -> Érase una vez un rey, que a pesar de su lujoso estilo de vida, no era Feliz.
Un día, el Rey observó a un sirviente que cantaba alegremente mientras trabajaba. Esto fascinó al Rey, ¿por qué siendo él, el Supremo Soberano de la tierra, era tan desdichado y sombrío, mientras que en un humilde siervo había tanta alegría?. El rey preguntó al sirviente: “¿Por qué estás tan contento?”
El hombre respondió: “Su Majestad, yo soy nada más que un sirviente, pero mi familia y yo no necesitamos demasiado – sólo un techo sobre la cabeza y comida caliente para llenar nuestros estómagos”.
El rey no quedó satisfecho con esta respuesta. Más tarde en el día, solicitó el asesoramiento de su consejero de más confianza. Después de escuchar al Rey hablar sobre sus quejas, pesares y la historia del siervo, el consejero dijo: “Su Majestad, creo que el sirviente nunca ha sido parte de El Club 99″.
“El Club 99? Y qué es exactamente eso?” Preguntó el Rey.
El consejero respondió: “Su Majestad, para saber realmente lo que es el Club 99, usted debe colocar 99 monedas de oro en una bolsa y dejarla en la puerta de la casa del Sirviente.”
A la mañana siguiente el sirviente vio la bolsa, la recogió y la llevo adentro de su casa. Cuando abrió la bolsa, dio un gran grito de alegría … Cuantas monedas de oro!
Comenzó a contarlas todas. Después de varios intentos, quedó convencido de que había 99 monedas. Se preguntaba, “¿Qué podría haber ocurrido con la última moneda de oro? Seguramente, nadie dejaría 99 monedas!”
Buscó por todo lugar que pudo. Quizá se había extraviado, pero no la encontró. Finalmente, agotado, decidió que iba a tener que trabajar más que nunca para ganar que moneda de oro que le faltaba y completar las 100.
A partir de ese día, la vida de aquel el siervo cambió. Trabajaba en exceso, se tornó en un horriblemente gruñón, castigaba a su familia por no ayudarlo a ganarse la moneda de oro y dejó de cantar mientras trabajaba.
Testigo de esta transformación drástica, el Rey se mostró perplejo. Cuando él buscó de nuevo a su asesor, el asesor dijo: “Su Majestad, el siervo ahora oficialmente se ha sumado a El Club 99″.
Él continuó, “Se le llama El Club 99 a las personas que tienen lo suficiente para ser feliz, pero nunca lo son, porque siempre están anhelando y luchando por esa extra y última “moneda” , refiriéndose a sí mismo:
“sólo tengo que obtener esa última cosa y Entonces voy a ser feliz para toda la vida. ” “o si yo tuviera … o fuera … entonces sería feliz para el resto de mi vida”
Podemos ser felices, incluso con muy poco en nuestras vidas, pero en el momento en que se nos da algo más grande y mejor, queremos más! Perdemos nuestro sueño, nuestra felicidad, herimos a la gente que nos rodea, y todos esto a un precio aun mayor.
De eso es lo se trata unirse a El Club 99.
Proverbios 28:25
El que es ambicioso provoca peleas, pero el que confía en el Señor prospera

sábado, 8 de diciembre de 2012

No Tengas Miedo





Reflexiones – No Tengas Miedo
 Tengo un antiguo soplador de hojas que uso para limpiar nuestro patio. Este soplador espurrea, sacude con ruido, echa humo, emite gases irritantes y es considerado por mi esposa (y probablemente por mis vecinos) sumamente ruidoso.
Sin embargo, nuestra vieja perra es totalmente indiferente al alboroto. Cuando enciendo el soplador ni siquiera levanta la cabeza, y se mueve con renuencia únicamente cuando soplo hojas o polvo en dirección suya. Eso es porque la perra confía en mí.
Un joven que de vez en cuando corta nuestro césped usa un soplador similar, pero nuestra perra no tolera al joven. Hace años, cuando era una cachorrita, el joven la molestaba con la máquina y ella nunca lo ha olvidado.
Ahora bien, cuando el joven entra en el patio tenemos que entrarla a la casa, porque le gruñe y le ladra. Son las mismas circunstancias, pero las manos que usan el soplador marcan la diferencia.
Lo mismo sucede con nosotros. Las circunstancias atemorizantes son menos problemáticas si confiamos en las manos que las controlan.
Si nuestro mundo y nuestra vida están gobernados por una fuerza desconsiderada e indiferente, tendríamos buenas razones para temer. Pero las manos que controlan el universo –las manos de Dios– son sabias y compasivas. Podemos confiar en ellas a pesar de nuestras circunstancias y no tener miedo.
. . . Dios es mi salvador, confiaré y no temeré. . . . –Isaías 12:2.

sábado, 20 de octubre de 2012


Reflexiones – Honor



Reflexiones-> El ambiente estaba Cargado de mucha tensión. Rosa Elliot llegó a la cuarta ronda del concurso nacional de ortografía en Washington. Se le había pedido a la pequeña de 11 años de Carolina del Sur que deletreara la palabra “admisión”. Ella lo hizo con su suave acento sureño, pero los jueces no fueron capaces de determinar si había pronunciado una “o” o una “a” como letra al lado de la última.
Debatieron entre sí por varios minutos mientras escuchaban las grabaciones. Sin embargo, la letra decisiva tenía su acento demasiado marcado como para descifrarla. Finalmente el jefe de los jueces le preguntó a la única persona que conocía la respuesta.
- Era una letra “a” o una “o” ?. Le preguntó a Rosa. En ese momento estando rodeada por jóvenes concursantes que murmuraban entre ellos, Rosa sabía el correcto deletreo de la palabra. Tranquilamente, sin titubear, contestó que había pronunciado mal la palabra y se fue del escenario.

Todo el auditorio se puso de pie y aplaudió, incluyendo unos cincuenta reporteros gráficos. El momento fue emocionante y lleno de orgullo para sus padres. Aun vencida era victoriosa. En efecto, con el pasar de los años, ¡se escribió más acerca e Rosa Elliot que sobre el “desconocido” ganador del concurso!
Ser una persona que ama la verdad, aun cuando esta va en contra de uno, nos reviste de gran honor…
…EL HONOR ES MEJOR QUE LOS HONORES...